Una mezcolanza de recelo y entusiasmo gira en torno a la rápida evolución de la Inteligencia Artificial (IA) y su potencial influencia en la vida cotidiana, que va desde ámbitos simples cómo qué ropa usar hoy hasta decisiones trascendentales como el matrimonio.
Cuatro de cada cinco personas cree que hacia 2030 usará la IA para tomar grandes decisiones en su vida, como la adquisición de una casa, la compra de acciones, inversiones y cambios de estilo de vida, de acuerdo con un estudio de Ericsson.
El matrimonio podría ser una de esas decisiones importantes en las que la Inteligencia Artificial cambie las reglas del juego, señala la compañía en su investigación 10 Hot Consumer Trends 2030s.
La mitad de las personas consultadas por Ericsson considera que la IA les ayudaría a hacer simulaciones para conocer si un matrimonio perdurará o no, qué cambios podría atravesar e incluso anticipar el divorcio.
Sin embargo, aunque exista entusiasmo, esa posible aplicación de la IA en la vida humana despierta muchas dudas en los consumidores. Por ejemplo, ¿en qué sistemas realmente confiarían para decidir sobre su vida amorosa? ¿Dejarían a su pareja por lo que diga la IA?
Además de las relaciones de pareja, las personas consideran que la Inteligencia Artificial podría impactar en sus amistades, incluso reemplazando de alguna manera los vínculos reales con otros seres humanos.
Un 68 por ciento de los encuestados por Ericsson prevé que podrá crear personajes de IA basados en sus amigos, permitiendo que estos personajes desempeñen un papel integral en las propias narrativas.
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Sin embargo, esto genera preocupación, ya que 54 por ciento de quienes se muestran más cautelosos sobre los beneficios de la IA piensan que esto podría desdibujar las fronteras entre la realidad y el ámbito digital.
“El potencial de la IA va más allá de la creación de personajes de ficción; se extiende a clonar a tus amigos e incorporarlos a tus propias historias (…). ¿Quizás nuestra fascinación por las narrativas basadas en IA nos dejará insatisfechos con la vida real?”, cuestiona el informe.
La Inteligencia Artificial acelerará la fusión entre los mundos físico y virtual, de la mano de tecnologías como la Realidad Virtual, la Realidad Aumentada y el metaverso. Por eso, podría tener una influencia significativa en la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, aún no se conoce del todo hasta qué punto y qué tanto de las aspiraciones o predicciones que expresan las personas podrían ser reales.
Por eso, gobiernos, organizaciones y empresas están abordando las implicaciones éticas del uso de la IA, en busca de garantizar que su adopción se haga de forma responsable y en apego a los derechos fundamentales.
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También el uso de IA en las esferas más íntimas de los seres humanos podría generar efectos en la salud mental.
El 68 por ciento de las personas cree que existe la posibilidad de que los personajes de IA sirvan como salidas emocionales, absorbiendo los arrebatos emocionales de los usuarios como una forma de aliviar el estrés, de acuerdo con Ericsson.
Por otro lado, el informe de la compañía sueca señala que la Inteligencia Artificial también podría servir para reducir la incertidumbre sobre la vida de las personas. Los seres humanos podrían delegar parte del peso de sus decisiones a la tecnología.
La IA habilitará un mayor uso de gemelos digitales, que se utilizan para simular el funcionamiento de objetos, servicios o procesos. Si bien hasta ahora se han adoptado más ampliamente en las empresas, podrían despegar en el ámbito personal.
De esta manera, 80 por ciento de las personas proyectan que utilizarán las simulaciones de IA para tomar decisiones que podrían cambiar sus vidas, como comprar casas o acciones.
“Un sorprendente 73 por ciento incluso piensa que simulará sus carreras con una década de anticipación para explorar caminos potenciales”, asegura el estudio.
Las expectativas de la población alrededor del mundo parecen ser muy altas. En cierta medida, algunas incluso se están volviendo realidad. Por ejemplo, ya existen los asistentes digitales de IA y, en un futuro, siete de cada 10 personas espera tener uno que le haga más simple la vida.